La fauna de la Península Ibérica presenta una diversidad que se debe en gran parte a dos factores:
- La posición geográfica de la Península, entre el Atlántico y el Mediterráneo y entre África y Eurasia.
- La gran diversidad de hábitats y biotopos, consecuencia de una variedad considerable de climas y regiones bien diferenciadas.
Mamíferos
Entre los grandes carnívoros destacan dos especies desaparecidas de buena parte de Europa Occidental: el oso pardo, que sobrevive en la cordillera Cantábrica y en ciertos enclaves pirenaicos, y el lobo ibérico, subespecie endémica de la Península.
Aunque el carnívoro más emblemático es sin duda el lince ibérico, el félido más amenazado de todo el continente europeo.
Mucho más numerosas son las poblaciones de gato montés y zorro rojo.
Además de algunos mustélidos como el tejón, el turón y la comadreja.
Algo menos numerosas son las de nutria, marta y garduña.
Los vivérridos están representados por la gineta.
En cuanto a los herpéstidos están representados por el meloncillo.
Los herbívoros están representados por especies bastante extendidas, como algunos cérvidos: el ciervo común, el gamo y el corzo.
Hay poblaciones endémicas de cabra montés y reductos pirenaicos y cantábricos de rebeco.
También está ampliamente extendido el jabalí.
Tienen una buena representación varias especies mediterráneas de insectívoros: musaraña, musgaño de Cabrera, topo ibérico y el raro desmán de los Pirineos.
Especies de roedores como: la ardilla roja y el lirón careto.
Especies de lagomorfos endémicos como la liebre ibérica y la liebre de piornal.
Además de varias especies de quirópteros: murciélago ratonero patudo, murciélago ratonero grande, murciélago común, murciélago rabudo, nóctulo común y murciélago de montaña.
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