El desierto fue el primer medio ambiente que se formó en la Tierra y dominó el planeta durante mucho tiempo, pues en las tierras emergidas no existieron ni plantas ni animales durante cuatro mil millones de años. Los desiertos están formados por amplias regiones caracterizadas por suelos áridos, lluvias escasas y fuerte evaporación.
Durante el día, la temperatura es muy alta, pero por la noche descienden en picado; estas variaciones térmicas, junto con la acción del viento, desmoronan las rocas, que se convierten en grava y arena. El desierto puede ser de tres tipos: de arena, de roca y de grava.
¿Qué animales viven en el desierto?
En los desiertos, la fauna es muy escasa. Hay sobretodo camellos, dromedarios y mamíferos herbívoros, que los hombres crían como animales de transporte. Pero también pueden sobrevivir en ese clima tórrido pequeños mamíferos como el fenec, el jerbo, el topo marsupial la liebre, numerosas especies de reptiles, como la serpiente de cascabel, la víbora lebetina o el camaleón, y muchos invertebrados como arañas y escorpiones.
¿Qué es un oasis?
El oasis es la zona del desierto donde existe suficiente agua para que la vegetación pueda crecer. Los oasis pueden se de diferentes dimensiones; algunos tienen más de cien kilómetros cuadrados. La planta típica del oasis es la palmera datilera, que proporciona a sus habitantes alimento, material para la construcción de las viviendas, leña para quemar y aceite para cocinar. El agua que se encuentra en los oasis puede emerger a la superficie a través de manantiales naturales o puede encontrarse en capas subterráneas y aprovecharse por medio de pozos artificiales.
Algunos oasis se forman junto a depresiones creadas por la erosión del viento, como los llamados chotts, lagos salados de Argelia y Túnez. No obstante, en la mayor parte de los oasis, el agua que corre por el subsuelo se lleva a la superficie mediante pozos y se distribuye por la zona a través de una red de canales. Ejemplos de este tipo de oasis se pueden ver en el desierto del Sáhara, en Libia y en Australia.
¿Cómo se protegen del calor los animales?
Los animales del desierto han desarrollado, a lo largo de los siglos, adaptaciones especiales que les permiten vivir en lugares inhóspitos como pedregales y dunas. Por ejemplo, los reptiles y los insectos tienen una "piel" tan gruesa que impide la transpiración y sus excrementos carecen de líquidos: de esta forma pueden conservar en el interior del cuerpo la poca agua que consiguen absorber.
En cambio, los anfibios nacen en el agua, pero crecen muy deprisa, antes de que el agua se evapore, para poder moverse con libertad en la tierra. Es interesante observar que muchas especies de animales del desierto han desarrollado características parecidas a pesar de vivir en zonas muy alejadas entre sí como América, Asia y Australia.
El desierto norteamericano se extiende por casi un millón de kilómetros cuadrados y comprende el desierto de Sonora, que va desde el sur de California hasta el oeste de Arizona y México; el desierto de Chihuahua, al sureste; y Mojave, al norte.
El desierto del Sáhara se encuentra en África, donde abarca una amplia región árida. Es el desierto más grande del mundo: se extiende por unos mil seiscientos kilómetros de norte a sur y cinco mil ciento cincuenta de este a oeste, y su superficie total es de más de nueve millones de kilómetros cuadrados. Limita con el océano Atlántico por el oeste, con el sistema montañoso del Atlas y el mar Mediterráneo por el norte, con el mar Rojo por el este y con el Sahel y el valle del Níger por el sur; no obstante, estos confines no están bien definidos y cambian con el tiempo, los cambios de clima y las intervenciones efectuadas por el hombre. De hecho, el Sáhara era en la antigüedad una región muy fértil, adecuada para la agricultura; sin embargo, poco a poco, con el paso del tiempo aumentó la aridez y, cuando el desierto comenzó a avanzar, la zona fue abandonada.
El término outback define la parte interior de Australia, que ocupa más de dos tercios del continente. En esta región las lluvias son muy escasas: cada año caen menos de 250 milímetros de agua. Las épocas de sequía son muy largas y esto condiciona el modo de vida y el aspecto físico de los animales que lo habitan. Muchos sólo salen de sus madrigueras para cazar de noche, cuando la temperatura es más baja; en cambio, otros son capaces de retener en su cuerpo la poca agua disponible durante mucho tiempo, por lo que no necesitan beber.
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